Normalmente la memoria y, por extensión de ésta, los sentimientos y las pasiones no son estáticos. No se nos presentan a través de fotografías fijas, como recuerdos de un maravilloso (o desatroso) viaje.
Todo lo contrario. No hay nada más dinámico que nuestros recuerdos. Aunque sean del día de ayer, y dependiendo del tamiz tras el que los desvelamos, pueden adoptar tonalidades azules, luminosas o, incluso grises.
En desentrañar los mecanismos a través de los cuales interpretamos estos recuerdos reside la razón del individuo.
PD: Esperaré a los Reyes Magos sin dormirme. Este año me lo he prometido
lunes, 5 de enero de 2009
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1 comentario:
El sueño de la razón produce monstruos... ;D
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