sábado, 2 de febrero de 2008

El contador de historias con sombrero

El contador de historias se ajustó el sombrero que había elegido para aquella noche. Su noche. Un sombrero negro que hacía juego con la camisa, desabrochada en sus dos primeros botones, los pantalones ajustados y las botas de cuero. El contador de historias termino de acariciar su guitarra, afinándola por última vez antes de utilizarla como bálsamo para sus propios nervios. Termino el botellín que tenía encima de la mesa de billar, rápidamente, sin apreciar el sabor de la cerveza. Miró por última vez a la gente que tenía enfrente y ascendió el escalón que separaba el mundo que vivía del mundo que le gustaría vivir. Sonaron las baquetas desde el fondo del escenario.
Se encendieron los focos y una Z se convirtió en el paraiso del contador de historias y de su banda.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pero que bien escribes!!!!
Ya puede estar contento el contador de historias, si señor!!
Tendremos el placer de verle en la Z este sábado. Ahi nos vemos!!!
Un besazo enorme!