Ahora la mochila no pesa tanto (aunque debería hacerlo), pero las ganas de llegar a algún sitio te comen por dentro.
La muchacha que te llama de vez en cuando te pregunta como estás, y le respondes que bien; contento, dices, como siempre que te preguntan ultimamente. El caso es que deberías estarlo. Vives en un pais con enormes posibilidades, en comparación con más de dos tercios del resto del mundo. Puedes viajar, con moderación, y habitualmente estás rodeado de la gente que quieres.
Defintivamente eres feliz, aunque desearías más, y así se lo explicas a ella.
La misma muchacha se queda un rato pensativa, al otro lado del teléfono (Al otro lado del universo, piensas tú), y te responde; - Entonces...¿Que demonios quieres?...

1 comentario:
... Y quién sabe lo que quiere?
Bueno, al menos yo todavía no.
Gracias por tu comentario Javi, eres un sol.
Te quiero mucho!
Publicar un comentario